Cuando los gobernantes gobernaban
Vista de la majestuosa Table Mountain desde Robben Island. Foto personal |
Hoy se cumplían 95 años del nacimiento de Nelson Mandela, Madiba, su nombre tribal xhosa, una de las figuras más
representativas del Siglo XX cuya llama se va apagando poco a poco, y con él la
de todo una generación de políticos que marcaron a generaciones enteras de
ciudadanos que veían ene ellos modelos en los que reflejarse en una época en
que los gobernantes se dedicaban a gobernar con mayúsculas.
Mandela al salir de prisión en 1995 con su gesto característico. |
Y digo esto porque
lamentablemente la figura del político
ha sufrido tal deterioro que hoy en día queda
irremediablemente asociado con ideas como corrupción, clientelismo, y otros
adjetivos del mismo corte.[1] Esto que parece un fenómeno
muy castizo está sin embargo muy extendido a nivel mundial. Así lo indican los
continuos movimientos callejeros que se multiplican en todas las latitudes
desde Brasil, hasta Turquía, pasando por Egipto que relevan a los ya “veteranos”
movimientos como el 15-M español o Occupy
Wall Street Norteaméricano. Es difícil analizar la trascendencia de estos
movimientos de naturaleza muy heterogénea y con mensajes ciertamente ambiguos[2]. Lo que si parece
incuestionable es que nos encontramos en una
generación huérfana de líderes carismáticos, de personas que sepan
responder con firmeza y convicción a los retos que el mundo y las sociedades se
plantean y que no agachen la cabeza ante cualquier problema de calado. ¿ Donde quedaron
políticos de la talla de de Gaulle, Roosevelt, Ghandi, Mao, Senghor y muchos
otros que marcaron el devenir de sus pueblos? Al margen del grado de adhesión u odio que
generen estos personajes, es indudable que fueron muy influyentes en su época. Hoy basta con recorrerse las calles para
comprobar que apenas se conocen el nombre de un puñado de políticos que
acaparan los titulares y no precisamente por la bondad de sus actos[3]. Algo que no deja de ser
preocupante dada la naturaleza del sistema democrático y visto que la “profesión”
de político no parece la más atrayente para las nuevas generaciones.
Churchill tras recibir el nobel. Fuente: http://guillemrecolons.com/wp-content/uploads/2010/07/churchill01.jpg |
Frente a la mediocridad imperante del momento actual,
rescataría a dos figuras del pasado siglo como son Sir Winston Churchill y el citado al
inicio Nelson Mandela. No negaré que existe un componente de subjetividad en la
elección de estos dos políticos aparentemente tan alejados entre sí. Sin
embargo son muchos los puntos en común entre ambos personajes. En primer lugar,
su vertiente literaria, como amante de
la literatura no concibo un buen gobernante sin un gran bagaje literario
detrás. Ambas figuras tuvieron un papel en este sentido. De Churchill es de
sobra conocido su talento literario que le llevó a cosechar números premios
como escritor tras su periodo comoo redactor de medios tan importantes como el
Daily Graphic o el Morning Post, alcanzó
su culmen en 1953, año en que le fue otorgado el premio Nobel de Literatura[4]. Frente a este coloso la figura de Mandela
queda algo empequeñecida pero no por ello hay que restar valor al valor de sus
obras en particular su propia Autobiografía: “The Long Walk to Freedoom” convertido en un símbolo de la lucha
anti-apartheid y redactado en su largo cautiverio en la isla de Robben Island
durante 27 años. Precisamente Sudáfrica
es otro punto de conexión entre estos dos líderes ya que fue el primer destino
del joven Churchill como corresponsal de guerra encargado de cubrir la cruenta
guerra Anglo-Boer [5] de
comienzos de siglo. Por último y ahí
comparto un punto en común con ambos estaban vinculados al Mundo del derecho.
En el caso de Churchill, su padre era abogado, en el caso de Mandela, fue de
los pocos privilegiados de entre los sudafricanos de raza negra que pudo
obtener el título derecho y ejercer como abogado hasta su primera detención en
los años 60. Fuera de estas coincidencias un tanto anecdóticas ambos compartían
un carisma sin igual.
Yo hace unos años en la celda de Robben Island donde Mandela permaneció 27 años |
Sus decisivos papeles en los momentos más difíciles, la 2º guerra Mundial y el
bombardeo nazi y el fin de la terrible discriminación del apartheid en el caso
de Mandela, les permitieron adoptar decisiones que trascendían el mero hecho de
ganar o no unos elecciones, se convirtieron en verdaderos estadistas que
supieron ver más allá de su tiempo. [6] Desde un profundo
pragmatismo, no fueron personajes muy idealistas
como Ghandi o puramente teóricos sino hombres
de acción que supieron evolucionar desde un profundo pragmatismo adaptándose
a las necesidades de cada momento. El propio Mandela reconocía en su biografía
que su apuesta por la lucha armada en su juventud que le llevo a fundar un
grupo terrorista junto a otros fue un error que entorpeció la lucha por la
libertad [7](“Struggle”). La simple
comparación con estas dos figuras deja en evidencia a cualquier político actual pero
al mismo permite recobrar la esperanza para todos aquellos que creemos que la
tarea del político, con vocación de servicio público debe dignificarse y que
esto es algo necesario para la necesaria regeneración de nuestra democracia. Que
tomen buena nota los actuales gobernantes, Thank
You Madiba, Thank You Churchill.
[1] Los
españoles señalaban la corrupción de los políticos como el 4º problema del país
con más de un 30 % de los votos en la reciente encuesta del CIS.
[2] No deja
de llamar la atención como tras convertirse en icono mundial y dar inicio a la
mal llamada “ Primavera Arabe” los manifestantes de la Plaza Tahir en Egipto
celebren con gozo, apenas dos años después la caída de la dictadura de Mubarak,
el golpe de Estado contra el presidente
Mursi que si bien no estaba realizando correctamente su labor, había sido legítimamente
elegido en las urnas.
[3] De los
lideres europeos, los más conocidos son
Merkel, Berlusconi y Cameron, todos ellos con la popularidad por los suelos a
gran distancia y luego Obama a nivel norteamericano del resto existe un total
desconocimiento.
[5] En dicha
guerra se utilizaron por primera vez armas químicas y se crearon los tan
odiados campos de concentración que luego inspiraron a los nazis.
[6] En el
caso de Churchill fue en 1947 ya en la Oposición de los que más firmemente
apostó por los Estados Unidos de Europa.
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