Comentario sobre artículo de Paul Krugman: " El Suicidio Político de Europa"
Paul Krugman |
El premio Nobel de Economía, Paul
Krugman, trata aquí uno de los debates más recurrentes a lo largo de la actual
crisis, el del tipo de medidas más idóneas para salir de la misma. Austeridad o
mayor gasto, liberalismo o keynesiansimo. El Nobel de economía, conocido por su
postura afín al keynesianismo, considera que la recesión no puede solucionarse
mediante la aplicación de políticas de austeridad pregonadas desde el BCE y
desde Alemania en particular. Dichas recetas, desde su punto de vista,
consistentes en una limitación del Déficit Público, una Inflación contenida y
una reducción de la Deuda solo han llevado a una explosión del nivel de
desempleo hasta cifras del 23 % en países como España y a una agudización de la
recesión en la Zona Euro en general. Ello le permite trazar un paralelismo con
la Gran Recesión producida a raíz del crack bursátil del 29. El celebre economista opta por una línea
distinta, parte de la idea de que el crédito inyectado en los Bancos por el BCE
a finales del pasado año debió incentivar de nuevo la demanda de créditos y de
ese modo impulsar el Consumo generando confianza en la economía. Centrándonos
en el plano fiscal Krugman propugna una política expansiva basada en una baja
fiscalidad y un aumento del Gasto Fiscal, precisamente lo contrario de lo que
está aplicando el BCE.
El anterior
presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, decidió en el momento inicial de
la crisis rodearse de un equipo de renombrados economistas, entre los que se
encontraba el Nobel americano, para darle más credibilidad a su política
económica. Sin embargo la postura del economista se distanció de este cuando la
crisis empezó a hacerse más evidente señalando que España debía “aumentar su
‘productividad laboral e invitando a
poner en marcha medidas estructurales que flexibilizasen aún más el mercado”.
El presidente Zapatero interpretó estos consejos llevándolos a la práctica con
el Plan E, medida de política fiscal expansiva a partir de 2009[1].
El efecto de este plan de obras públicas muy parecido a las recetas keynesianas
tan defendidas por Krugman fracasó ante la ausencia de respuestas de una
economía muy rígida y donde el Sector Inmobiliario tenía demasiado peso. La
presión del BCE por el aumento del Déficit presupuestario obligó al anterior
Gobierno a cambiar sus políticas adoptando medidas de austeridad como la
polémica medida de congelación de las pensiones y los Salarios públicos en
2011. En definitiva ni España ni Europa han seguido las premisas de Krugman y
el economista no es optimista sobre el futuro inmediato. A nivel fiscal basa su
tesis en tres puntos:
1)
una política fiscal mas restrictiva (de aumento
de impuestos y contención del gasto) va a ahogar aún más la economía,
“sumiéndolas en una depresión más profunda”, podríamos citar la curva de Laffer
para ilustrar esto.
2)
El problema de la Zona Euro es que la Soberanía
cedida al BCE impide que se tomen las medidas que le convienen a cada país, se
adoptan las medidas que defienden los actores políticos con más fuerza,
Alemanía, algo que no beneficia en nada a la recuperación de España. Por ello
defiende la salida del Euro
3)
El Deficit presupuestario no es la Causa sino la
Consecuencia de la actual Crisis, ya que España partía por ejemplo de una situación
de Superavit previo y una deuda baja
Desde
mi punto de vista la crítica de Krugman
versa sobre la incapacidad del Banco
Central Europeo en adoptar las medidas necesarias
para recuperarse de la crisis. Comparto su crítica sobre que cada país reúne
unas particularidades que les obligan a adoptar medidas fiscales de distinto
tipo algo imposible en este momento al estar la competencia cedida al BCE que
adopta posturas comunes para toda la Zona Euro. Por otro lado es cierto que en un país como
España con una economía sumergida de entorno al 25%, la prioridad debe ser el
generar confianza de nuevo en la economía real y mediante el aumento del tipo
impositivo en la tributación indirecta ( tipos del 18 % al 21%, del 8% al 10%
en el IVA) , reforma del RD 10 / 2012, y el pacto fiscal promulgado por la UE
están teniendo un efecto adverso que se refleja en la fuga masiva de capitales
al extranjero que alcanzó la cifra de 220 millones de euros lo que representa
más del 20 % del PIB nacional[2]
y la reducción de la confianza de la ciudadanía hacia las Instituciones Públicas
sobre todo tras aplicar medidas impositivas restrictivas cuando en la oposición
defendían justo lo contrario. Además el resultado de dichas medidas aplicadas
desde 2011 aún no ha surtido demasiado efecto, lejos de tranquilizar a los
mercados, la prima de riesgo sigue entorno al 400 puntos en máximos históricos,
el desempleo se mantiene superior al 20 %, las noticias sobre un posible
rescate aparecen día tras día y el país sigue en recesión.
Sin
embargo no comparto el entusiasmo de Krugman por un mayor gasto público y un Déficit
que incentive el crecimiento económico. La comparación que hace con la década
de los 30 es anacrónica ya que se trata de modelos económicos totalmente distintos.
La Europa de los años 30 era una Europa en reconstrucción y en pleno desarrollo industrial y donde el
sector secundario era el motor económico, además gran parte de las necesidades no estaban
cubiertas y hacía falta mucha infraestructura para aumentar el nivel de vida de
la población. Por otro lado no existía Estado Social como tal ni un Sistema de
coberturas básico que garantizase un mínimo ingreso para aquellos que se
quedasen sin trabajo o se jubilasen. Hoy en día nos encontramos con una economía
terciarizada donde la economía real ocupa un lugar residual frente al poder de
los mercados financieros y en la que el gran miedo consiste en perder todos
aquellos privilegios (sistema de pensiones, seguridad social) mantenidos
durante varias décadas.
Lo que defiende Paul Krugman es prácticamente
imposible dado que Alemania desde su obsesión por una baja inflación no es nada
partidaria de políticas expansivas y por ende el BCE tampoco. Además esas políticas de tipos impositivos
bajos no interesan a aquellos países con un nivel bajo de desempleo como
Finlandia o los Países Bajos que no son partidarios de medidas expansivas que
aumenten el endeudamiento de la Zona Euro. Lo que gastan unos, Italia, España o
Grecia lo tienen que financiar otros ya sea comprando bonos o creando fondos de
rescate, esa coordinación de intereses nacionales hace que la salida de la
crisis en Europa sea mucho más compleja que en EE.UU.
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